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Cuidados del perro de protección de rebaños (3/4)

Déborah Temple, Gabriel Lampreave, Mathieu Mauriès, Marta Amat, Xavier Manteca

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Documento técnico realizado en el proyecto «El perro de protección de rebaños: el mejor amigo de la ganadería de montaña»

Proyecto financiado a través de la operación 01.02.01 de Transferencia Tecnológica del Programa de desarrollo rural de Catalunya 2014-2020

Las personas tenemos la obligación moral de cuidar a los animales que están bajo nuestra responsabilidad. Además, en el caso del perro de protección, el perro no puede hacer su trabajo correctamente si no tiene una alimentación adecuada, agua de calidad y una buena salud. Por estas dos razones de peso, un perro de protección debe estar bien cuidado, bien alimentado y tener una buena salud. Esto implica: 1) Un coste mínimo de mantenimiento de unos 600 euros al año; 2) Una inversión de tiempo y emocional por parte del ganadero. En caso de no poder asumir estas dos cosas, aconsejamos no adquirir un perro de protección. Como perros de raza gigante, los perros de protección de ganado tienen una vida de entre 10 y 12 años. Sin embargo, según los resultados de un programa de introducción de perros de protección a una variedad de granjas, un tercio de los perros del programa murieron o desaparecieron con una edad media de 20 meses. Las principales causas conocidas de muerte fueron los accidentes de tráfico (26 % de los perros muertos) y las enfermedades (16 % de los perros muertos).

EL DOLOR CRÓNICO AFECTA AL COMPORTAMIENTO DEL PERRO.

El dolor causado por patologías médicas produce cambios de comportamiento. Los problemas articulares o intestinales son una causa frecuente de dolor en perros grandes como son los perros de protección. El dolor, puede dar lugar a conductas no deseadas como la agresividad o el miedo, así como reducir la actividad física del perro.

El dolor puede hacer aparecer conductas no deseadas como las siguientes:

  • Agresividad
  • Miedo
  • Cambios en la interacción con las personas, otros perros y con el ganado
  • Conductas repetitivas como perseguirse la cola o lamerse las patas durante mucho tiempo.

El dolor disminuye :

  • El consumo de alimento.
  • La actividad física

Comparado con otros tipos de perros, el perro de protección no muestra fácilmente señales de dolor. Esto no quiere decir que no sufra. El ganadero debe conocer bien a sus perros y detectar los cambios de comportamiento del perro que puedan indicar malestar o dolor. En caso de detectar cambios de comportamiento indicativos de dolor, se debe avisar rápidamente al veterinario. Es importante tratar la patología causante del dolor y minimizar el dolor. Por ejemplo, la administración de analgésicos a un perro con displasia o artrosis reducirá el dolor y mejorará el estado general del perro. Es importante llevar un control rutinario de la salud, del comportamiento y del estado general del perro de protección para asegurarse de que no tiene heridas ni enfermedades. Los problemas de dientes son extremadamente dolorosos para los perros e impiden que coman, dejándolos débiles y letárgicos. Es muy importante mirar a menudo las patas, los pies, los dedos, los cojinetes, las uñas y los espolones. Unos espolones largos y encorvados pueden provocar heridas en la piel de la pata. Los espigones entre los dedos y los cojinetes son frecuentes y pueden ocasionar graves lesiones. En caso de detectar cualquier cambio de comportamiento del perro, debemos comprobar su estado de salud.

 

ASEGURAR UNA BUENA ALIMENTACIÓN Y AGUA FRESCA Y DE CALIDAD.

Un perro mal alimentado no hará su trabajo de manera efectiva. Un perro con hambre no tendrá suficiente energía para proteger al ganado o se verá obligado a buscar su propia comida. Así pues, el perro tendrá que dejar su rebaño desprotegido para buscar comida e irá, por ejemplo, a los refugios de excursionistas. El perro aprende fácilmente dónde encontrar comida y volverá periódicamente a ese lugar. Si el perro no tiene hambre, se quedará con su rebaño y no tendrá la motivación para ir a buscar comida a otros sitios. Es importante utilizar siempre pienso de buena calidad para razas grandes. Los piensos de gama alta son más caros pero el perro necesitará comer menos. Una comida barata y de baja calidad puede afectar la salud del perro y por lo tanto su capacidad de trabajo. La dieta del perro se puede complementar con carne y hueso. Al contrario de la creencia popular, alimentar un perro de protección de rebaño con carne cruda o huesos frescos no lo convierte en un “asesino” de ganado, aunque la carne o los huesos sean de la especie que el perro protege. Aparte de ser un alimento muy apreciado por los perros de protección, los huesos frescos ayudan a mantener los dientes sanos evitando la acumulación de sarro y enfermedades de encías. Además, dar carne cruda o huesos frescos puede reforzar el vínculo de confianza entre el perro y el ganadero. Cuando el cachorro o el perro joven llega a la nueva granja, es bueno darle un hueso crudo que le ayude a relajarse y sentirse en confianza. Mientras los huesos crudos y frescos son beneficiosos para el perro, debemos evitar dar huesos cocinados que pueden romperse y lesionar los intestinos. No se debe sacrificar nunca un animal del rebaño en frente del perro de protección, ya que es una situación muy confusa y molesta para el perro de protección. Si un animal debe ser sacrificado, retírelo del grupo vivo y haga el sacrificio allí donde el perro no pueda ver, oír ni oler lo que pasa.

 

Alimentación de los perros en estiva

  • Los perros de protección pueden pasar temporadas largas en las montañas con su rebaño sin que se les pueda llevar comida cada día. Durante estos períodos del año, el pienso se distribuye en tolvas o distribuidores de comida. El diseño y la distribución de los distribuidores de comida deben garantizar que:
  • El pienso esté siempre seco.
  • El pienso de los perros de protección no sea accesible al ganado.
  • El pienso de los perros no esté accesible a otros animales como los jabalíes, los zorros o las aves.
  • El perro debe poder acceder a la comida sin dificultades.
  • Los distribuidores de comida móviles pueden ser prácticos cuando el perro y el rebaño se mueven hacia otros pastos.
  • Es importante asegurarse siempre que hay comida seca y de calidad disponible, y que el comedaro funciona.

 

PREVENIR LOS GOLPES DE CALOR DURANTE EL VERANO

Los perros no tienen glándulas sudoríparas repartidas por el cuerpo y por eso regulan su temperatura corporal jadeando. En condiciones de altas temperaturas ambientales, de aire cargado de humedad o de radiación solar intensa, la temperatura corporal del perro aumentará. Si el perro no puede disipar este calor, puede sufrir un golpe de calor, es decir una subida brusca de la temperatura corporal con disfunción de los órganos vitales. Para ayudar al perro a disipar el calor y evitar un golpe de calor es fundamental asegurarse que el perro tenga acceso a agua fresca y en cantidad en zonas sombreadas.

No rapar nunca el pelo de un perro de protección de rebaño con el pretexto de ayudarles a soportar el calor. De hecho, el pelo largo funciona como un aislante y protege tanto del frío como del calor.

CALENDARIO DE DESPARASITACIÓN

Los parásitos internos como los gusanos provocan malestar y dolor a los perros. Además, los parásitos hacen que el cuerpo no pueda aprovechar la comida, adelgace y se debilite. Los parásitos externos como las pulgas y garrapatas causan irritaciones y picores además de poder transmitir enfermedades. Los perros de protección deben desparasitarse regularmente, para mantener bajo control la carga de parásitos internos como los gusanos y externos como las pulgas y garrapatas. El calendario de desparasitación puede variar en función de las zonas donde trabaja el perro. Sin embargo, como calendario general de desparasitación para un perro de protección de rebaño podemos aconsejar lo siguiente:

Una semana antes de subir a la estiva: Desparasitación interna contra gusanos intestinales y Desparasitación externa contra pulgas y garrapatas

Una semana después de volver de la estiva: Desparasitación interna contra gusanos intestinales y Desparasitación externa contra pulgas y garrapatas: Únicamente en caso de presencia de pulgas o garrapatas en el cuerpo o si el perro se rasca

Inicio primavera: Desparasitación interna contra gusanos intestinales y Desparasitación externa contra pulgas y garrapatas: Únicamente en caso de presencia de parásitos en el cuerpo o si el perro se rasca

 

¿CASTRAR O NO CASTRAR?

La castración permite controlar las reproducciones no deseadas y los problemas derivados. Permite, por ejemplo, evitar cruces entre perros de protección y otros tipos de perros, como los perros pastores, perros desconocidos y perros salvajes. Por esta razón principal y de peso, algunas administraciones, como la Generalitat de Cataluña, sólo ceden perros de protección castrados. Cuando se trabaja con grupos de perros de protección, la castración permite gestionar mejor los perros, evitar peleas entre perros, evitar montas indeseadas y reducir las escapadas. Sin embargo, la decisión de castrar o no a un perro/perra de protección debe tomarse en función de cada perro/a, de cada situación y considerando tanto las ventajas como los inconvenientes de la castración.

La castración tiene un efecto sobre el comportamiento sexual y las conductas derivadas de las hormonas sexuales. Por contrapartida, la castración no tiene ningún efecto sobre comportamientos que no dependen de las hormonas sexuales. Por ejemplo, la castración no sirve para controlar las agresiones de los perros hacia las personas que sean conocidas o desconocidas. El efecto de la castración sobre las conductas que dependen de las hormonas sexuales varía en función de si el perro es macho o si es hembra. Así pues, la castración de las perras elimina del todo el comportamiento sexual como por ejemplo el celo. En el macho, sin embargo, la castración tiene un efecto variable y relativo sobre las conductas sexuales.

La castración de una perra hembra permite:

  • Evitar que las hembras tengan el celo. Durante el celo y sin macho en la manada, la perra puede ir a buscar un macho y puede llegar a dejar el rebaño desprotegido. Una perra en celo puede atraer perros machos desconocidos y lobos machos.
  • Evitar las agresiones entre hembras en celo. Sin embargo, debemos recordar que la castración de las hembras puede aumentar la agresividad intra-sexual, es decir, agresiones hacia otras hembras fuera de los períodos de celo. Con la castración se quitan los estrógenos, los cuales, fuera del celo, tienen un efecto “tranquilizante”.

La castración de un perro macho puede:

  • Reducir el marcaje con orina. El perro de protección de rebaño establece su territorio para disuadir a los depredadores marcando con orina. Por lo tanto, la castración puede disminuir el marcaje con orina y en consecuencia el efecto de disuasión de esta conducta hacia los depredadores.
  • Reducir la conducta de “vagabundeo” del perro para buscar hembras en celo. Esto puede disminuir el riesgo de accidentes y atropello en carreteras. Debemos considerar que la castración no disminuirá la conducta de vagabundeo con fines de vigilancia o de exploración, ya que esta conducta no está relacionada con las hormonas sexuales. De ahí la importancia de tener siempre al perro en un perímetro definido y cerrado cuando no pueden estar supervisados por el ganadero.
  • Reducir la agresividad intra-sexual, es decir, del perro macho hacia otros perros machos.
  • Aumentar la respuesta de miedo. Esto puede tener consecuencias negativas sobre el trabajo del perro de protección. Meses después de la castración, un perro macho puede ser más miedoso y menos seguro de sí mismo que antes la castración.

La castración tanto en machos como en hembras reducirá la conducta de “vagabundeo” con finalidad reproductiva, es decir, las escapadas del perro/perra en busca de una pareja. Sin embargo, debemos considerar que la castración no reducirá el “vagabundeo” con fines de vigilancia o de exploración, ya que esta conducta no está relacionada con las hormonas sexuales. De ahí la importancia de tener siempre los perros de protección en un perímetro definido y cerrado cuando no pueden estar supervisados por el ganadero.

Antes de tomar la decisión de castrar un perro resulta importante considerar los efectos negativos de la castración, sobre todo en machos. La castración puede aumentar el miedo. Esto puede tener un impacto negativo sobre el trabajo de un perro de protección de rebaño por diferentes motivos: 1. El miedo aumenta el riesgo de agresi vidad por miedo hacia las personas y por lo tanto los riesgos de accidentes. 2. El miedo reduce la eficacia de protección de un perro de protección hacia depredadores. 3. El miedo hace que el perro sea menos tranquilo y seguro de sí mismo durante su trabajo. 4. La sensibilidad del perro hacia estímulos sensoriales, como por ejemplo un ruido, puede aumentar después de la castración.

En cuanto a la salud, la castración se recomienda para prevenir o tratar los tumores de próstata o los tumores testiculares en los machos. En hembras, la castración no parece reducir el riesgo de tumores mamarios o uterinos. Por contrapartida, la castración puede aumentar el riesgo de algunos problemas de salud como la displasia o el osteosarcoma (cáncer de los huesos). La castración de un perro joven, aún en crecimiento (hasta los dos años de edad), puede afectar su desarrollo físico. En caso de querer prevenir una reproducción indeseada, la vasectomía de los machos o ligaduras de las trompas uterinas en hembras pueden ser opciones válidas. Estas dos intervenciones ningun efecto sobre las hormonas sexuales y conductas asociadas. Tambien es interesante considerar la inmunocastración de los machos con implantes, la cual es temporal y reversible

En caso de trabajar con machos o hembras enteros, es importante supervisar y controlar las montas y tener a los perros/ perras en un perímetro totalmente cerrado y controlado. Segun el tamaño del grupo de perros de protección, la gestión y el manejo de machos y hembras enteros puede ser complicado.

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